-Rincones de Soledad-

Hoy he salido tarde de casa, en uno de esos conocidos días grises.
Abro mi paraguas, aunque deseosa por anular su efecto y dejar que la lluvia deshaga mis pensamientos, como si fueran pliegos de papel indefensos bajo el aguacero.

Me enciendo un cigarrillo y empiezo mi caminata; a estas horas de la madrugada solo mi alma solitaria pisotea los charcos que quedan bajo mis pies.
Seguramente lejos de aquí todos duermen, todos inundan de sueños sus habitaciones, todos tienen expresión tranquila, nada les inquieta, nada les quita el sueño.

Esa idea se me antoja extraña, porque nunca experimenté esas cálidas sensaciones en primera persona, tan solo fui un extraño espectador noctámbulo, una insomne que se preguntaba qué era aquello que conseguía distraerles durante las largas... para mí eternas noches.

Yo en cambio, en algún lugar perdido, en busca de dios sabe qué, acelero el paso.

Llevo varios días deambulando por estos, bautizados por mí, “rincones de soledad”, buscando los sueños que huyen, escépticos de ser cumplidos...

Cada vez que llega el final del día escribo mis líneas, obligándome a recordarlas aunque el tiempo pase, implacable, intentando acabar con la veracidad de mis confidencias, en las que exprimo una parte de mí hasta acabar consumiéndome.

Y a la única luz de una vela, que ya por costumbre, enciendo para combatir sutilmente la oscuridad que me vigila, hundo en alcohol todas mis debilidades...incluso a veces las sumerjo en mis propias lágrimas.

Es entonces, en esos momentos, cuando busco con la mirada mi paraguas, cuando recorro las solitarias calles en busca de consuelo, cuando llego a mis rincones solitarios, esquivando la realidad que me atormenta...

Cada noche marco ese compás: una y otra vez...una y otra vez...
Y estando allí pierdo la noción del tiempo


...Hasta que la oscuridad se desvanece...

By:

*Bea*